Un complejo de producción de aceite que data del período bizantino, que es también uno de los más grandes descubiertos en el país, fue hallado recientemente durante excavaciones de prueba llevadas adelante por el ente de Antigüedades de Israel en Moshav Ahihud, Galilea.
Un “poderosísimo incendio” ocurrido en el trapiche en el siglo VII permitió, paradójicamente, preservar varios detalles del molino, según indicó el director de las excavaciones, Michael Cohen, en un comunicado.
“Restos del fuego, que se ven en las paredes del edificio, destruyeron la estructura e impidieron el uso de las instalaciones”, explicó. En el medio del edificio, fue descubierto un molino central (una gran piedra redonda) donde se ubicaba una rueda de molino. Era común que se pusiera un animal en el eje del molino, lo que hacía mover la piedra y así aplastar las aceitunas.
Luego de pisarlas y romperlas, la pulpa era llevada para ser prensada en aqalim (canastas tejidas de tela ordinaria). Los aqalim servían como filtro para ser escurridos en la prensa y así extraer el aceite de oliva.
Dos contenedores de piedra que eran usados para almacenar el aceite fueron expuestos al lado de las instalaciones para su producción. Los envases contenedores tenían una capacidad, entre todos, de aproximadamente veinte mil litros y los suelos eran de mosaico y estaban cubiertos con yeso. Además, una parte estaba adornada con una decoración geométrica y una inscripción que todavía no fue descifrada.
El extraordinario y excepcional trapiche de aceitunas y la inscripción en el piso de mosaico sugieren que el complejo no fue construido por iniciativa de un individuo local. Varios artefactos encontrados durante las excavaciones dan indicios de que había una iglesia cerca. Es por eso que los excavadores creen que el molino podría haber estado situado dentro de un monasterio bizantino.
La localización del complejo, nueve kilómetros al este de Akko, hace pensar que se trataba de un centro de producción agrícola que servía a las tierras de labranza de la principal ciudad de Akko, llamada Ptolemaïs, cuando estaba en manos de los egipcios.
Actualmente, se evalúan, en cooperación con los residentes de la pequeña aldea, las posibilidades para conservar y presentar este nuevo descubrimiento.
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