lunes, 23 de marzo de 2009

LA QUE SE NOS VIENE ...LOS DATOS ASUSTAN

 

MANIFIESTO COAG SOBRE EL OLIVAR..

 

El olivo es un cultivo típicamente mediterráneo, de gran

importancia para Andalucía que queda patente en la amplia extensión que ocupa con mas

de 1.450.000 has, casi un 33% de la Superficie Agraria Útil de Andalucía, que genera mas

del 30% del empleo agrario, censándose mas de 250.000 olivicultores y convirtiéndose en

el centro de la actividad económica de mas de 300 municipios, principalmente localizados en

las provincias de Jaén, Córdoba , Granada, Málaga y Sevilla. En los municipios de las zonas

olivareras de estas provincias el cultivo ocupa más del 50 % de la superficie total de los

mismos, manifestándose en muchos casos como monocultivo.

A la gran superficie que ocupa también hay que unir el enorme peso económico que

representa en la Producción de la Rama Agraria Andaluza, en la que en el año 2008 ocupa el

tercer lugar en importancia, tras las hortalizas y las frutas, aportando aproximadamente el

18 % de la PRA el 21 % de la Producción Vegetal Andaluza y el 20 % de la Renta Agraria.

Se presenta así el olivar, como el principal cultivo generador de empleo agrario en

Andalucía, generando más de 14 millones de jornales, principalmente en la campaña de

recolección de los que mas de 9 millones se generan en la provincia de Jaén y otros 3.5

millones de jornales en la provincia de Córdoba, para mas de 85.000 y 40.000 trabajadores

respectivamente, lo que permite hacernos una idea del poder de este cultivo como elemento

fijador de población en el medio rural

Además de su importancia económica y social hemos de añadir su valor medioambiental

como elemento de lucha contra la erosión ya que por sus características de cultivo

típicamente mediterráneo, el olivo está perfectamente adaptado a condiciones

climatológicas y medioambientales adversas, lo que le permite colonizar zonas de gran

pendiente y suelos pobres en las que no sería posible la implantación de otra alternativa de

cultivo, localizándose más de 511.000 has en parcelas con mas del 15 % de pendiente

media, de las que unas 100.000 has se localizan en zonas con pendiente medias superiores

al 30 % por esta razón el olivar de sierra se convierte en un elemento de gran importancia

social y económica, integrador del paisaje típico andaluz cuyo abandono contribuiría al

aumento de la erosión, el deterioro del paisaje y el desarraigo de la población en el medio

rural.

El sistema productivo se caracteriza por el pequeño tamaño medio de sus explotaciones

(5has) y por la heterogeneidad de la estructura de las mismas. Podemos establecer que el

olivar andaluz es claramente minifundista, representando las explotaciones con menos de 5

has mas de 391.000 has, aproximadamente el 27% de la superficie del olivar andaluz.

Según la estructura productiva de las diferentes explotaciones podemos distinguir varios

tipos de olivar; olivar de secano de rendimientos bajos; olivar de secano de rendimientos

medios; olivar de secano de rendimientos altos y el olivar de regadío.

Un estudio detallado de los costes de producción de los diferentes tipos de olivar con costes

de cultivo a mes de Julio 2008 demuestra que éstos se hallan entre los 1.500 €/ha y los

2.500 €/ha a los que aplicándoles precios en origen de octubre de 2.1 €/kg de aceite no

serian rentables salvo en el modelo más avanzado de regadío. A los precios actuales de 1.8

€/kg no es rentable ningún olivar, salvo el modelo superintensivo, el cual no representa mas

 

 

del 15 % de la superficie de olivar de Andalucía. (215.000 has)

En la actualidad el sector atraviesa una subida de los costes de producción, debido a la

subida del petróleo en la primera mitad del año, y un descenso de los precios en origen del

aceite superior al 30% a lo largo del 2008, ya que si en enero de 2008 las cotizaciones eran

de 2.6 €/kg, en enero de 2009 cotiza a 1.8 €/kg, lo que representa una bajada superior a

los 0.8 €/kg (130 pts/kg). Estos precios sitúan a gran parte de las explotaciones olivareras

por debajo del umbral de rentabilidad.

Con la actitud permisiva y no intervencionista de la Administración ante el oligopolio y el

dominio del mercado por parte de los tres grandes grupos empresariales se está

fomentando la desaparición del olivar tradicional para favorecer una transformación del

cultivo en sistemas superintensivos de plantación, los cuales necesitan la utilización de

variedades poco vigorosas (arbequina, arbosana, koroneiki, chiquitita…), abastecimiento

suficiente de agua que satisfazcan las necesidades de riego de estos sistemas y una

pendiente media no superior al 15 %.

La necesidad de implantar variedades de escaso vigor se debe a la adaptación del olivo a

plantaciones de falsa palmeta o plantaciones en seto, ya que un exceso de vigor provocaría

el sombreamiento entre líneas reduciendo su productividad y complicando las labores de

poda y recolección (tamaño de las vendimiadoras). De generalizarse estos sistemas

superintensivos la superficie de las variedades tradicionales como Picual, Manzanilla,

Hojiblanca o Lechín se vería considerablemente reducida perjudicándose con ello las

Denominaciones de Origen, caracterizadas por la textura y características organolépticas

que les confieren las variedades tradicionales de mayor vigor.

Por otro lado las mayores necesidades de abastecimiento de agua para riego y las

características orográficas son las principales limitaciones que hacen imposible la

implantación de este sistema en más del 75 % de la superficie actual del cultivo.

Diversos estudios recientes mantienen que una mecanización del olivar, mediante la

utilización de vibradores supondría una reducción de 4 millones de jornales, que se

repartirían en un 37 % en el olivar de secano de rendimientos altos, un 19 % en el olivar de

regadío, un 18.5 % en el de secano de rendimientos medios y un 16.6% en el olivar de

secano con rendimientos bajos. En términos desagregados la reducción de jornales afectaría

más a las explotaciones de mayor tamaño (entre el 47 y el 65%), y en menor medida a las

pequeñas explotaciones de estructura familiar (entre 0 y el 23%). Si tenemos en cuenta

que los sistemas superintensivos se pueden mecanizar casi en su totalidad (la recolección y

la poda se pueden realizar mecánicamente) mediante el uso de vendimiadoras, la reducción

de jornales sería casi total, en un momento en el que el sector agrario no puede asumir la

mano de obra proveniente de la construcción.

 

Con la reducción de 0.8 €/kg de aceite que presentan los precios actuales en relación a la

campaña pasada y teniendo en cuenta la estimación de producción de la Junta de Andalucía

para la presente campaña 2008/2009 podemos ver que los olivicultores andaluces perderían

mas de 784 M€ , de los que 400 M€ se perderían en Jaén, 176 M€ en Córdoba y 79 M€ en la

provincia de Granada.

 

Así, la fuerte presión que están ejerciendo los grupos industriales sobre el mercado del

aceite de oliva provocará de no intervenir en la regulación del mismo las diferentes

Administraciones un fuerte ajuste estructural de las explotaciones olivareras andaluzas, las

cuales recordemos que hasta la fecha han sido las más competitivas del mundo.

Este ajuste provocará no sólo el aumento del tamaño medio de las explotaciones, sino

también un cambio varietal, con implantación de variedades catalanas y griegas de escaso

vigor, a su vez llevará al abandono de los olivares situados en zonas de pendiente que

incapaces de competir con el sistema superintensivo se verán advocados al arranque

dejando desprotegidas mas de 250.000 has, sin otra posible alternativa, aumentando con

ello el efecto de la desertización, tan combatido por todos en los últimos años.

 

 

La reestructuración y mecanización del sector se debe realizar en aquellas zonas en las que

esta sea posible por la disponibilidad de agua y las características del terreno, que permita

la reducción de costes y el aumento de competitividad, pero sin olvidar el carácter del

sector olivarero como sector refugio de empleo, que tan de manifiesto se está poniendo

ahora con la situación de crisis en el sector inmobiliario.

Tras la entrada en vigor de la última reforma y la implantación del pago único se dejó de

recibir ayuda por Kg producido y se paso a la concesión de subsidios por superficie en

aquellos términos municipales que tuvieran más del 80 % de su SAU plantada de olivar o

donde el cultivo fuese de gran importancia social y económica , dejando sin utilidad todos

los instrumentos que la Administración del Estado había creado para el control de las

declaraciones de producción, como la Agencia del Aceite de Oliva , pasando ahora a ser un

organismo autónomo del Ministerio, cuya función será la de obtener los datos de base que

integran el Sistema de Información de Mercados de las entidades que conforman el sector,

principalmente almazaras y envasadores, mediante el control de las declaraciones de

producción y exportaciones e importaciones.

El control que ejerce la Agencia se centra sobre todo en la actividad productiva de las

almazaras, en las declaraciones de entradas y salidas que cada operador debe de realizar a

la Agencia, pero un control mayor y más pormenorizado de los movimientos industriales de

los grandes grupos aumentaría la transparencia del mercado.

Por otro lado la desaparición de la figura del corredor o intermediario, ha provocado un

aumento las ventas directas entre las almazaras y las industrias en lo que se asemeja a una

subasta inversa. Los grupos productores venden directamente a las cadenas distribuidoras a

la baja, con el fin de darle salida a su producto.

La creación del mercado de futuros MFAO , sin la presencia del sector productor, donde los

principales accionistas son las entidades financieras que apoyan a los grandes grupos

industriales y estos mismos que actúan como operadores del mercado, ha sido utilizada

como un instrumento para, comprándose y vendiéndose contratos entre ellos, fijar los

precios que sirven de referencia para el mercado.

 

Ante la actual situación de crisis, desde COAG pensamos que se hace necesaria la adopción

de una serie de medidas que permitan la remuneración justa del sector productor del aceite

de oliva. Las principales medidas a proponer son:

 

• La actualización del sistema de Intervención de mercados del aceite de oliva, regulado por

el Reglamento 2153/2005 , relativo al régimen de ayudas al almacenamiento privado.

En el momento actual se hace necesaria la protección de los olivicultores por parte de la

Administración mediante la intervención de mercados, tan perseguida por la Comisión

Europea en sus teorías neoliberales que, sin embargo, no duda intervenir en el sector

financiero. Sector financiero que financia a los grandes grupos industriales.

La actualización y articulación de subvenciones que permitan la realización de contratos de

almacenamiento privado es una medida que ya contempla la OCM de Grasas Vegetales,

para posibilitar la retirada del mercado de producto cuando el mercado presente

perturbaciones graves. El problema es que este mecanismo se ha quedado obsoleto al estar

basado en precios de la campaña 1997/1998.

En la actualidad sólo se permite la entrada de funcionamiento de la intervención del aceite

de oliva cuando el precio de mercado se encuentre durante mas de dos semanas por debajo

de los siguientes precios; 1.779 €/Tm para el aceite virgen extra, 1.710 €/Tm para el virgen

y 1.524 €/Tm para el aceite lampante.

 

• El establecimiento de un sistema de financiación y control de las existencias que cada

campaña conforman el llamado stock de enlace, permitiría la disposición por parte de las

almazaras y cooperativas de liquidez con la que facilitar a sus socios la contratación y pago

de los gastos de recolección.

 

• La exigencia por parte de la Interprofesional a la Agencia del Aceite de Oliva de los datos

de movimientos pormenorizados de la industria.

El aumento del control de la Agencia del Aceite de Oliva sobre el sector industrial mediante

la obtención pormenorizada de datos de entradas y salidas y el aumento de los controles

sobre los grupos industriales y no sólo sobre las existencias y movimientos de aceite de

oliva sino también de las importaciones, entradas y salidas de los aceites de semillas

aumentaría la transparencia de los mercados y permitiría la realización del principal objetivo

de la Agencia.

 

• La defensa y apoyo por parte de la Administración de la calidad de nuestros aceites

mediante la defensa y mantenimiento de las características de nuestro aceite a través de la

protección de las Denominaciones de Origen y de las estructuras tradicionales del cultivo del

olivar.

 

• El fomento por parte de la Administración de la concentración de la oferta mediante la

creación de grupos productores.

En Jaén, a 20 de marzo 2009

COAG Andalucía

 


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